«No mires a otro lado» es un proyecto de realidad virtual que incluye tres vídeos grabados en tecnología 360º y que permite a los espectadores ser testigos de diferentes situaciones de maltrato: psicológico, violencia de género entre jóvenes y violencia física. | Ministerio de Interior

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Presenciar el maltrato como si fueras una víctima, viviendo en directo como tu marido te humilla y te llama inútil en un restaurante, o ver cómo un joven agrede a su novia porque no le quiere decir la clave de su móvil: la nueva campaña «No mires para otro lado» te convierte en protagonista para actuar.

Parar la violencia «está en tu mano, en la de todos» es uno de los mensajes que transmite esta iniciativa de realidad virtual que lanza hoy el Ministerio del Interior en redes sociales y que permite sentir y vivir la violencia de género, con la opción de hacer algo para frenarlo: llamar a la Policía (091), a la Guardia Civil (062) o al teléfono 016 contra el maltrato.

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, se ha puesto las gafas de realidad virtual para situarse como testigo de tres situaciones de maltrato: psicológico entre una pareja de unos 40 años, de control entre dos jóvenes y de violencia física entre unos vecinos. «Ha sido duro y difícil vivirlo, pero hay que mostrar la realidad; las palabras no son suficientes para entender la importancia de este desafío».

«Lo que vemos a veces no nos gusta y tendemos a desviar la mirada», ha dicho el ministro, quien ha condenado «la realidad insoportable» del maltrato y su dureza cuando se vive en directo. Ha recordado que 44 mujeres y 4 menores han sido asesinados este año.

En la parte superior de esta noticia, una pareja está en un restaurante. Solo habla el marido: «Todo lo haces mal; cada cosa que te digo, la cagas. No aprendes, te lo he dicho millones de veces; la cruz que me ha caído, me tiene que tocar a mi la tía más tonta del mundo. No vales para nada. Me largo y ahora vas y llamas a tu madre y te pones a llorar y entonces me vas a ver enfadado, pero de verdad».

Dos jóvenes han quedado en un parque. El chico le interroga porque ha llegado tarde: «Dame el móvil, que me lo des -le agarra con violencia del brazo-». Ella se queja y le dice que le está haciendo daño, pero el joven continúa: «Has cambiado la clave, con quién te wasapeas, dime la clave», forcejean y le dice que viste como una puta: «La próxima vez que cambies la clave te jodo el móvil, no me cabrees porque te enteras», lo tira al suelo. Un joven sentado en un banco reacciona y la guardia civil se lleva al agresor.

En el patio de una casa se ve a dos vecinos discutiendo, el marido abofetea a la mujer y le da puñetazos: «Estoy harto de verte la cara, no me calmo -tortazos y puñetazos- ven aquí, deja de llorar». La vecina que lo presencia llama a la Policía y detienen al agresor.
La campaña, a la que se ha sumado la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género, invita a todos a levantar el teléfono para que actúen las Fuerzas de Seguridad y frenen esas situaciones de violencia machista.

Acabar con el maltrato «está en manos de las instituciones, pero también de toda la sociedad que debe afrontar el maltrato machista y no mirar para otro lado», ha dicho Grande-Marlaska.

«Ha sido impactante comprobar la entidad del problema que nos involucra a todos y no cabe para la sociedad ni omisiones, ni olvidos» de una realidad que «a veces no nos gusta y tendemos a desviar la mirada», ha asegurado el ministro.

El responsable de Interior ha recordado que la violencia machista ha acabado con la vida de casi mil mujeres desde 2003, fecha en la que se comenzó a registrar las víctimas de violencia de género.

«Es un problema de toda la sociedad, que no es justa ni democrática mientras la mitad ejerce violencia sobre la otra mitad», ha añadido el ministro, quien ha aseverado que es «una política de Estado».

En el acto de presentación de la campaña, apoyada por Iberdrola, la responsable de violencia de género del Ministerio del Interior, Marina Rodríguez, ha explicado que las Fuerzas de Seguridad han recibido 67.000 denuncias, dos mil más que el año pasado, y que están gestionando 56.000 casos activos que reciben protección directa. De esas mujeres que reciben protección, 18 se encuentran en riesgo extremo y casi 200 en riesgo alto.