La residencia de estudiantes de la UIB está junto a la Escola d’Hoteleria y cuenta con 97 habitaciones individuales. | M. À. Cañellas

TW
0

Comodidad y baño propio. Ésas son las palabras que resumen por qué algunos alumnos de la UIB eligen vivir en la residencia universitaria. Y lo cierto es que los estudiantes tienen todo a su favor para que estén centrados en sus estudios.

El edificio, junto a la Escola d’Hoteleria, cuenta con 97 habitaciones individuales, con su baño completo privado y calefacción. Sólo falta el aire acondicionado, que sí lo hay en las zonas comunes, pero parece ser que llegará. «Hay un plan para renovar todo el sistema de calefacción e instalación de aire acondicionado en las habitaciones a través de un sistema de eficiencia energética», explica Marta García Salvador, quien lleva veinte años al frente de la residencia y que ofrece su particular radiografía acerca de la evolución del estudiante en estos últimos cuatro lustros. «El estudiante ha cambiado. Antes, por ejemplo, hablaba mucho más de política y se organizaban unos grandes debates. Ahora no se habla casi nada, pero sí que el alumno de hoy tiene muy claro qué es lo que está bien y qué mal. Por otro lado, el estudiante universitario de hoy puede parecer más individualista, pero creo que es más respetuoso con los demás que antes».

La residencia es totalmente abierta. Puede entrar cualquier alumno y también puede comer en el restaurante por 5,65 euros. El menú incluye dos primeros a elegir (ensalada y lentejas), dos segundos a elegir (pescado y albóndigas) y postre (fruta y yogur). «La comida está bien en líneas generales, pero podría ser un poco más variada», comenta Mónica, una estudiante de 2º de Química de Felanitx. Y su amiga Maria Antònia, alumna de 3º de Enfermería y también de Felanitx, añade. «No se sabe por qué pero hay días que está buenísima y otros días no tanto. Y luego en la cena baja la calidad tanto que esta opción no la hemos cogido este curso».

La residencia se encuentra a tope de su capacidad y hay 174 alumnos en lista de espera. «Para este curso hemos recibido 211 solicitudes y han sido admitidas 25. Quizás sorprenda que el grupo más numeroso, 40, sea de Mallorca, pero es que la Isla es muy grande y hay estudiantes que prefieren alojarse aquí entre semana y luego ir a su casa el viernes. Para ellos hay un precio especial. Luego tenemos de 20 alumnos de Ibiza, 14 de Menorca, 4 de Formentera y 11 de la Península. Los criterios a la hora de otorgar una plaza son, en primer lugar, renovación de los residentes que sigan estudiando en la UIB. En segundo término, hermanos de actuales residentes. El tercer baremo lo marca quien sea de Menorca, Ibiza y Formentera. Si hay un empate se elige al que haya tenido mejor nota de acceso, que es la media entre las calificaciones de Bachillerato y la selectividad. También guardamos un diez por ciento de las plazas para aquellos alumnos que no necesiten esta prueba de acceso, como por ejemplo, los estudiantes de la Escola d‘Hoteleria», señala Marta García.