Cerca de mil personas han participado en la 'Correguda en roba interior' de Bunyola. | Julián Aguirre

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Mucha fiesta y poca ropa. Esos son los requisitos imprescindibles para participar en la Correguda en roba interior, que este sábado por duodécimo año se ha celebrado en Bunyola. Una fiesta que surgió de cuatro vecinos del pueblo y que cada año son más los que se suman, incluso gente de toda Mallorca acuden a Bunyola a recorrer sus calles en calzoncillos y bragas, con un sin fin de complementos, convirtiéndose en todo un espectáculo de color y originalidad, Divertidos, atrevidos y picantes disfraces que dejan al descubierto los cuerpos semi desnudos de los corredores.

Una carrera, sin vencedores, muy participativa y donde gana el buen ambiente y el respeto. El pregón, que se lleva en secreto hasta el último momento, lo realizó este año la glosadora de Manacor Maribel Servera.

La carrera comenzó a ritmo de batucada y sin prisas. Los corredores, más que correr se lucían ante un público que llenó las calles de Bunyola. La gente murmura, observa y comentan, hay disfraces picantes como ‘los enchufados’, atractivos vaqueros, bellas damas de negro con saltos de cama y lencería de encaje. Colándose entre la muchedumbre, Ignacio, un exhibicionista con albornoz que dejaba al descubierto sus ‘atributos’ y despertaba las carcajadas de la gente. Mimos, palomitas, sirenas, jugadores de waterpolo, familias hippys, damas de Ascot, etc desfilaron durante más de una hora por las calles de la localidad mallorquina sin pudor.

El espectáculo, que reunió a más de 1.000 participantes, se consolida con una gran organización a cargo de la Asociación cultural Quin Ubiti, quien costea los gastos gracias al gran consumo de barra libre de cerveza por un módico precio. Todos en el pueblo se conocen y disfrutan de ver los respectivos disfraces.