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Como parte de su búsqueda de agua en la Luna, la NASA hizo impactar dos naves contra un cráter que está eternamente a la sombra, esperando que salpicara agua helada hacia la luz, donde los instrumentos pudieran examinarla. Cientos de entusiastas del espacio, con abrigos y sacos de dormir, se congregaron para ver el impacto en diferentes partes del mundo y otros lo siguieron por internet. Sin embargo, la expectación ante esta misión se desvaneció al poco tiempo dada la poca espectacularidad del impacto.

El impacto causó un denso penacho de polvo que fue el foco de atención de telescopios en todo el mundo así como del telescopio espacial Hubble.

Estas observaciones múltiples complementarán los datos de esta misión, denominada LCROSS, y ayudarán a determinar si existe o no agua en forma de hielo en el cráter Cabeus A, donde se produjeron las explosiones.