Manifestantes yemeníes gritan consignas durante una protesta contra Israel y Dinamarca en Sanaa. Foto:EFE

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EFE-LA HAYA

Holanda vive con una creciente inquietud el anunciado estreno de una película contra el Corán del diputado antimusulmán Geert Wilders, que se ha traducido en un aumento de la alerta antiterrorista y una activa labor internacional del Gobierno para evitar reacciones violentas en el exterior.

Tras el apoyo obtenido de Francia, España, Suecia y Eslovenia, el ministro de Asuntos Exteriores holandés, Maxime Verhagen, dijo esta semana en el Parlamento que también quiere contar con «una voz unánime» de la Unión Europea.

El primer ministro, Jan Peter Balkenende, espera obtener durante la cumbre europea que se celebrará la semana próxima en Bruselas ese apoyo ante posibles reacciones a la película, Fitna (en árabe, caos o enfrentamiento).

Verhagen, recordó ayer en el diario De Volkskrant que Holanda está «preocupada por las consecuencias que pueda tener el cortometraje también en Afganistán», preocupación que también ha sido expresada por el secretario general de la OTAN, le holandés Jaap de Hoop Scheffer.

Sin embargo, Vergahen se mostró confiado en que «los afganos entiendan que las tropas holandesas defienden valores muy diferentes de los de Wilders».

El titular de Asuntos Exteriores aseguró además que las autoridades afganas «conocen muy bien la posición del Gobierno holandés, el cual «no está en absoluto de acuerdo con Wilders».

Para subrayar esta postura a los países musulmanes, Verhagen se reunió esta semana con los embajadores de los países adscritos a la Organización de la Conferencia Islámica (OCI), a los que además explicó que la película no puede ser prohibida en Holanda bajo el amparo del derecho a la libertad de expresión.