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EFE-PARÍS La petrolera Total, el armador y el gestor del petrolero 'Erika' y la sociedad italiana de certificación Rina fueron condenados ayer a pagar colectivamente 192 millones de euros en indemnizaciones a las víctimas de la marea negra que provocó el hundimiento del barco frente a las costas francesas en 1999.

Paralelamente, por primera vez en Francia un tribunal reconoce la existencia de un perjuicio ecológico causado por daños al medio ambiente, por lo que los condenados deberán indemnizar a asociaciones ecologistas y otros afectados por la contaminación.

El 'Erika', de pabellón maltés, naufragó a causa de una tempestad el 12 de diciembre de 1999 ante la costa bretona y vertió al mar 20.000 toneladas de fuel. La marea negra afectó a 400 kilómetros de costas y provocó la muerte de 150.000 pájaros.

La sentencia del Tribunal Correccional de París, dictada ocho años después de la catástrofe y siete meses después del inicio de la vista oral, ha caído como un jarro de agua fría en los abogados de la petrolera Total, que recomendarán a la multinacional que apele para parar el pago de las multas y las indemnizaciones.

Además de la petrolera, el tribunal condenó al armador del 'Erika', el italiano Giuseppe Savarese, al gestor del mismo, el también transalpino Antonio Pollara, y a la empresa encargada de la certificación del barco, Rina.