Prosigue la llegada de cayucos a Canarias. Foto: M.BLÁZQUEZ/EFE

TW
0

R.N.
La emigración es una rueda; España lo sabe bien. Y ahora está a punto de cerrarse un ciclo. Según publicaba ayer «La Vanguardia», si los planes del Gobierno salen adelante tal como están ahora formulados, los nietos de los españoles emigrados hace decenios al exterior podrán reclamar muy pronto la nacionalidad de sus abuelos.

Pero los mismos medios consulares y diplomáticos que manejan esa cifra de seis millones de posibles peticionarios en la isla caribeña se apresuran a precisar que la cantidad de personas que efectivamente llegarán a formalizar una solicitud de reconocimiento de su nacionalidad española será muy inferior; los expedientes que habrá que seguir tras su admisión serán menos, y los que concluyan con la concesión del pasaporte se contarán probablemente en decenas de miles.

Los consulados abiertos en determinados países latinoamericanos prevén grandes aluviones de demandas al respecto. Sólo en Cuba, la legación de Madrid en La Habana estima que hasta seis millones de ciudadanos pueden preguntarse y preguntar si tienen derecho a heredar tardíamente la españolidad en virtud de la ley que prepara el Gobierno, que se pretende aprobar a principios de 2008.

No hay que olvidar las dificultades que muchos solicitantes pueden encontrar a la hora de hallar los documentos acreditativos necesarios. En medios del Gobierno español se rebaja drásticamente la cifra de potenciales peticionarios, situándola en no más de cien mil.