Miles de personas en la Plaça de Catalunya reclaman una vivienda digna.

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Miles de personas -unas 5.000 según la policía y entre 15.000 y 20.000, según los organizadores de la protesta- se manifestaron ayer en Madrid para exigir una vivienda, convocados por la Asamblea por la Precariedad y la Vivienda Digna. La protesta se prolongó por espacio de dos horas y concluyó con la lectura de un manifiesto, sobre las siete de la tarde, si bien, cerca de las nueve de la noche, un grupo de unas 200 personas continuó concentrado frente a la estación de Atocha, interrumpiendo el tráfico.

Abrían la protesta una furgoneta con un tejado simulando una vivienda y que emitía música caribeña y una pancarta con el lema «la vivienda es un derecho, no un negocio». Algunos de los manifestantes portaban entre las manos casas de cartón y podían verse algunas banderas republicanas y otras en las que se leían «Corriente roja».

«Estas son nuestras armas», gritaban ante una veintena del policías y con las manos en alto los manifestantes, al tiempo que corean lemas como «lo llaman democracia y no lo es».

La manifestación transcurrió sin incidentes y en un ambiente festivo entre la Puerta del Sol y la Plaza de Neptuno.

Entre los participantes había mayoría de jóvenes, algunos con pegatinas de la CGT, otros disfrazados de presidiarios porque dijeron sentirse «presos del ladrillo».

«Qué pasa, qué pasa, queremos casa», coreaban los participantes y, entre las pancartas figuraban lemas como «techo y trabajo sin ser esclavos» o «hipoteca, cadena perpetua». La protesta de Asamblea por la Precariedad y la Vivienda Digna y otros colectivos había sido convocada en más de medio centenar de ciudades españolas.

A su vez, unas 7.500 personas, según la Guardia Urbana, 20.000 según la plataforma convocante se manifestaron ayer por el centro de Barcelona para defender el «derecho a una vivienda» y pedir a las administraciones públicas y a los responsables del sector inmobiliario que «no les tomen el pelo», según recogía la pancarta que abría la marcha. En la misma se corearon consignas contra de la especulación y la corrupción urbanística en España, como por ejemplo «España es Marbella».

e Un grupo de jóvenes se concentraron en Palma, página 19