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Son zonas donde antaño se cultivaba el campo menorquín, donde se criaba al ganado de la isla. Su vetusta apariencia -conseguida a través de la mezcla de la piedra caliza y la argamasa- evoca una época en la que la estética arquitectónica estaba de más, la funcionalidad primaba por encima del resto de características propias.

Hoy, con un campo insular semi-industrializado -los adelantos tecnológicos no escapan a nadie-nos permiten recordar que no hace mucho el trabajo era más díficil. Hablamos de casas y conjuntos arquitéctonicos que los menorquines del S.XIX utilizaban para almacenar el forraje y trabajar el campo.

El Ajuntament de Maó y Consell han aunado esfuerzos para conservar diez bienes etnológicos presentes en la IV fase del Polígono Industrial de la ciudad de Llevant (POIMA). Para ello han contado con los servicios de la empresa Patrimoni Arqueològic i Cultura (PAC), que ha movilizado a un técnico y a dos obreros durante un mes para llevar a cabo los trabajos. Los operarios han desmontado, reformado y reubicado unos emplazamientos que a partir de ahora formarán parte del trazado viario de la zona industrial.

El coste de la operación ha sido de 150.000 euros y será sufragado por los propietarios de POIMA IV fase, tal como prevé la ley de patrimonio histórico de Balears, aplicando al 1% cultural del presupuesto del proyecto.

Necrópolis musulmana
Entre todo el conjunto de bienes etnológicos a tratar en la zona industrial destaca el hallazgo -de forma accidental- de una necrópolis musulmana. Del cementerio a árabe se extrajeron un total de 46 cuerpos. El emplazamiento chocaba directamente con el diseño de la carretera elegido para el proyecto, por lo que se ha debido de desviar.

Ahora, la necrópolis linda entre los límites de las fases IV y V del polígono. Manel Martí, conseller insular d'Educació i Cultural, detalló que «apostamos por vallar la zona para preservarla de forma directa, por eso lo hemos definido como zona verde y equipamiento público».

A su vez, Gari Petrus, teniente de alcalde de Ciutat i Medi Ambiente del Ajuntament de Maó, anunció que en la zona aún queda trabajo, «todo apunta a que hay más cuerpos».