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BEA ROSELLÓ
El catedrático de Historia ibicenco Bartolo Escandell Bonet, realizó ayer una presentación en la feria de Madrid organizada por la Fundación para la Promoción en la que resaltó los enclaves culturales de Eivissa como «máxima prioridad turística», añadidos a los incentivos más tópicos del sol y la playa.

Escandell no sólo es catedrático de Historia sino que también es hijo de José Escandell, pionero de la hostelería ibicenca al haber creado en 1932 el primer establecimiento de las islas con la categoría de hotel. Escandell Bonet hizo mención durante su intervención al asentamiento fenicio de sa Caleta , como representación del arranque de la historia cultural isleña; a la necrópolis de Puig des Molins por ser la «ciudad de los muertos más antigua de las conservadas»; y a Dalt Vila y sus murallas renacentistas.

A lo largo de su exposición, Escandell remarcó la necesidad de transmitir a los turistas la posibilidad de convivir y contactar con un pueblo de «milenarias y clásicas tradiciones orientales y mediterráneas reflejadas no sólo en su cultura sino también en la arquitectura local».

En segundo lugar, el biólogo marino Manu San Félix fue el encargado de presentar el patrimonio marino a través de una exposición de fotografías submarinas para mostrar el principal ecosistema de las costas mediterráneas, las praderas de posidonia, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

De esta forma, desde la Fundación para la Promoción Turística se pretende fomentar el aspecto patrimonial de Eivissa y Formentera para atraer a un nuevo segmento de turistas y posicionar así el producto.

En el acto estuvieron presentes el conseller insular de Turismo, José Torres, el presidente de Ibatur, Eduardo Gamero, la gerente de la Fundación, Carmen Ferrer, y el alcalde de Formentera, Isidor Torres, entre otros.

El primer edil de la Pitiusa Menor, durante su intervención, resaltó la necesidad de encontrar un equilibrio entre el desarrollo urbanístico y la isla. «Abusar de los bienes patrimoniales para acoger a más visitantes es una amenaza para el turismo y la isla», señaló.