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El primer banco privado de cordón umbilical de España abrirá sus puertas a finales de marzo en la localidad madrileña de Alcalá de Henares para dar servicio a familias que deseen guardar la sangre de sus hijos para futuros tratamientos, según anunció en rueda de prensa el presidente de la empresa Vidacord, Àngel Àlvarez. Los laboratorios, que actuarán «con el más escrupuloso respeto a la legalidad vigente en España», estarán instalados en el parque biotecnológico de la citada localidad y tendrán capacidad para conservar alrededor de 50.000 unidades.

Los padres que opten por este sistema para conservar la sangre del cordón de sus hijos en lugar de donarlo a un banco público, deberán abonar alrededor de 1.800 euros en concepto de recogida, procesamiento y preservación por un periodo de 20 años. Según la nueva normativa, si la sanidad pública requiere en algún momento la sangre de la muestra depositada en un banco privado para otro paciente, los padres deberán cederla, aunque el responsable de Vidacord destacó que esto es «muy improbable», quince veces inferior a que a uno le toque la Lotería Primitiva, aseguró. En todo caso, garantizó que si ocurriera se devolvería el dinero abonado.

El pasado jueves, día 11, el consejero de Sanidad madrileño, Manuel Lamela, anunció que dicha empresa había iniciado el procedimiento de solicitud para instalarse en Madrid. Las obras se iniciarán en el momento en el que la Comunidad conceda autorización de instalación. «Si el procedimiento sigue su curso nuestra voluntad es tener el laboratorio listo y prestando servicio a lo largo de marzo», señaló Àlvarez.

Según Vidacord, los bancos privados «sustituyen plenamente» a las donaciones «al aunar los beneficios del depósito privado y las consideraciones solidarias de la donación pública». En este sentido, destacó que en los bancos públicos (en la actualidad almacenan alrededor de 25.000 unidades y el año pasado se realizaron 2.500 donaciones) se pierde el derecho a la información y la decisión sobre el destino de la sangre del cordón, por lo que las familias no son informadas si la sangre es desechada ni tampoco si se utiliza para salvar la vida de un niño.