Protesta por la desaparición de cientos de disidentes políticos en Pakistán.

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EUROPA PRESS-NUEVA YORK
Hoy se celebra el Día de los Derechos Humanos para conmemorar el aniversario de la fecha en la que la ONU aprobó la Declaración Universal de Derechos Humanos, el 10 de diciembre de 1948, y este año la ONU y sus agencias han querido concentrar sus esfuerzos en llamar la atención sobre una de las más graves violaciones de los derechos que puede sufrir una persona, que es la falta de sustento, la pobreza.

De hecho, recuerda, estos mismos Gobiernos se han comprometido a ello al aceptar en forma abrumadora varios tratados de derechos humanos y al firmar el consenso internacional para hacer de la pobreza cosa del pasado, mediante la Declaración del Milenio y los Objetivos de Desarrollo del Milenio, así como recientemente, el Documento Final de la Cumbre Mundial 2005.

La pobreza es causa y producto de las violaciones de los derechos humanos. Debido a esta dualidad la pobreza es probablemente el más grave de los problemas de derechos humanos en el mundo. Los pobres en muchas sociedades no pueden disfrutar de sus derechos a la educación, la salud y la vivienda simplemente porque no están a su alcance, así que la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU emplaza a Gobiernos y autoridades a luchar contra estos factores, que dependen a menudo directamente de ellos.

«La realización de los derechos humanos, incluida la lucha contra la pobreza, es un deber, no una mera aspiración», concluye con aplomo la oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU.

Hoy en día se entiende la pobreza como algo más que la falta de ingresos. La pobreza se refiere también a la equidad, o la falta de equidad. Vivir en la pobreza significa que uno tiene más probabilidades de morir a causa de enfermedades prevenibles, de tener una tasa más alta de mortalidad infantil, de no poder acceder a una educación y de carecer de vivienda adecuada.

También significa mayor vulnerabilidad al delito y la violencia, acceso inadecuado o carencia de acceso a la justicia y los tribunales, así como la exclusión del proceso político y de la vida de la comunidad. La pobreza se refiere también al poder: quién lo ejerce y quién no, en la vida pública y a puertas cerradas. Para comprender las modalidades arraigadas de la discriminación y hacerles frente, modalidades que sentencian a los individuos, las comunidades y los pueblos a generaciones de pobreza, es esencial llegar al centro mismo de las complejas tramas de las relaciones de poder en las esferas política, económica y social.