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M.A.
La gerente de la Agència Balear de l'Aigua, Bàrbara Mestre, se desplazó ayer hasta Eivissa para comprobar 'in situ' los daños provocados por el incendio del pasado miércoles en la desaladora de Sant Antoni, que ayer permanecía inoperativa. Aunque la Conselleria balear de Medi Ambient confirmó ayer que el causante del fuego fue un cortocircuito en el cableado de baja tensión de la acometida principal de la instalación, adelantó que la empresa aseguradora tiene que hacer ahora un peritaje para saber exactamente las causas.

Por otra parte, ayer a las 14 horas se restableció el suministro eléctrico de la planta para que los técnicos pudieran comprobar los daños exactos provocados por el incendio. Medi Ambient explicó que este trabajo se alargaría durante toda la jornada ya que «se tiene que revisar una a una las 480 señales de control de la planta para saber cuál es la magnitud de la avería». La Conselleria no supo precisar el tiempo que se necesitará para reparar el problema, aunque el pasado miércoles apuntaba a que se tardaría cuatro o cinco días, en los que la desaladora permanecerá inactiva.

Mientras la planta no esté en funcionamiento, el municipio de Sant Antoni se abastecerá con agua de pozos y el de Sant Josep, con el agua desalada del depósito de 5.400 m que hay en sa Talaia, según confirmó Medi Ambient. El municipio de Eivissa, que también recibe agua de la desaladora de Sant Antoni, en principio, se abastecerá con la planta de Eivissa y, si es necesario, recurrirá al agua de pozos, que es óptima para el consumo pero de menos calidad que la desalada.

El incendio se inició el miércoles a las 15,45 horas y no se dio por extinguido hasta las 20 horas. El fuego afectó a unos 20 metros de cableado eléctrico. Los bomberos tuvieron que esperar a que Gesa cortara el suministro eléctrico para poder actuar y apagar el incendio. Técnicos de Medi Ambient se desplazaron hasta allí para evaluar los daños.