Vista de la valla de separación entre Marruecos y Melilla, que mide seis metros de altura.

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Dos inmigrantes fallecieron ayer, uno en territorio marroquí y otro en el español, durante un asalto a la valla fronteriza entre Melilla y Marruecos protagonizado por un grupo de entre cincuenta y setenta subsaharianos, el primero desde los intentos de entrada masiva en la zona hace siete meses.

Chacón recordó que la Guardia Civil no porta en el perímetro fronterizo armas de fuego, sino material antidisturbios reglamentario, con el que anoche se efectuaron disparos disuasorios al aire cuando los inmigrantes trataban de superar la valla encaramados a escaleras artesanales provistas de garfios rudimentarios.

La intentona, que también dejó ocho heridos a ambos lados de la valla, se produjo sobre las 5.20 de la madrugada entre el puesto fronterizo de Farhana y Zoco Had, aunque sólo cinco extranjeros lograron entrar en territorio español: el que falleció, otro que sufrió heridas graves y tres que resultaron ilesos.

La Guardia Civil investiga las causas de la muerte del inmigrante en territorio español, ya que inicialmente se informó de que había muerto tras precipitarse desde la valla, a seis metros de altura, pero posteriormente el delegado del Gobierno en Melilla, José Fernández Chacón, afirmó que una de las hipótesis que se manejan «es que se haya producido por disparos de arma de fuego».

Al fallecido se le practicó la autopsia en el cementerio de la Purísima Concepción de la ciudad autónoma, sin que por el momento hayan trascendido sus resultados, a la vez que ha sido entregado al juez un informe sobre la «exhaustiva inspección ocular» llevada a cabo en la zona.

El delegado del Gobierno destacó la «colaboración marroquí» en la zona fronteriza y eludió pronunciarse sobre la posibilidad de que los disparos fueran efectuados por las fuerzas de seguridad del país vecino.