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R.U.
La desorbitada apuesta de los Emiratos Àrabes Unidos por la arquitectura no deja de sorprender. El último anuncio es la construcción en su capital, Dubai, del edificio más alto del mundo. En la imagen superior les ofrecemos una composición de cómo quedaría la ciudad.

El rascacielos supondrá un coste de unos veinte mil millones de dólares y en él se combinará su uso comercial con el residencial y hotelero y la oferta de entretenimiento.

La construcción de este edificio, del que de momento los promotores han aportado poca información, supondría relegar a un segundo lugar las Torres Petronas de Malasia, con 452 metros.

Recientemente Dubai fue objeto del interés internacional por la construcción de una isla artificial en la que se habilitó una zona residencial exclusiva para multimillonarios. La capital también acoge el único hotel del mundo de siete estrellas, con una pista de tenis y helipuerto propio en su última planta.