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Los padres de un bebé desahuciado por los médicos perdieron ayer, ante la Corte de Apelación del Tribunal Superior de Londres, su batalla legal contra un fallo judicial que autoriza a los doctores a dejar morir a la niña si deja de respirar.

Darren Wyatt, de 33 años, y su esposa, Debbie, de 24, presentaron ante la Corte de Apelación una carta de médicos que aseguran que la pequeña Charlotte, de 22 meses, con el pulmón, el cerebro y el hígados gravemente dañados, ha experimentado una notable mejoría.

Los padres intentaron así modificar la sentencia dictada el pasado octubre por el Tribunal Superior de Londres, que autorizaba a los médicos del Saint Mary Hospital de Porthsmouth (sur de Inglaterra) a no resucitar a la niña si se quedaba sin respiración.

Los doctores argumentaron entonces que Charlotte sentía «un dolor continuo» como consecuencia del daño que sufren algunos de sus órganos vitales más importantes.