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La secretaria del Plan Nacional sobre el Sida, Lourdes Chamorro, recomendó ayer a todas las embarazadas que se realicen la prueba del VIH para no transmitir el virus al bebé, una infección que, con el seguimiento adecuado, puede evitarse en el 99,5 por ciento de los casos.

Según explicó Chamorro, en España la incidencia de transmisión del VIH de la madre al niño es «muy pequeña» y en los últimos años se estima que se sitúa entre los seis y los ocho casos, pero son situaciones «gravísimas y evitables», ya que «con nuestro sistema sanitario y con los avances científicos actuales la incidencia debería ser cero».

Chamorro hizo estas declaraciones con motivo de la distribución de 23.000 guías divulgativas, editadas por el Ministerio de Sanidad, dirigidas a mujeres con VIH que deseen tener hijos o que estén embarazadas.

La guía, elaborada por técnicos del Ministerio en colaboración con especialistas en pediatría y medicina interna, se ofrecerá como un elemento de información complementaria a la que suministran los médicos a sus pacientes, con el fin de dar respuesta a muchas de las preguntas que se plantean las mujeres con VIH sobre los riesgos y los cuidados necesarios durante la gestación y el parto.

Esos casos responden de hecho a mujeres que desconocían que estaban infectadas o que no han tenido contacto con el Sistema Nacional de Salud durante el embarazo, añadió.

Chamorro destacó la importancia de las guías distribuidas, ya que desde la extensión de los tratamientos antirretrovirales, cada vez son más las mujeres portadoras del VIH que se plantean tener hijos.

De las 120.000 a 150.000 personas con VIH que se calcula que hay en España, un 25 por ciento son mujeres. Las guías, con un formato de preguntas y respuestas, se distribuirán en las consultas de los profesionales sanitarios que atienden a pacientes con VIH, en atención primaria y en los servicios de ginecología y obstetricia y de pediatría.

Chamorro insistió en que, con un adecuado seguimiento médico del embarazo y del postparto, el ajuste de las dosis de antirretrovirales y la posibilidad de programar una cesárea por parte del facultativo, el riesgo de transmisión del virus es muy reducido.