Manifestación en Ciudad Real.

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EFE-MÉRIDA
El Consejo de Ministros aprobó ayer el trasvase de 82 hectómetros cúbicos desde los embalses de la cabecera del Tajo a la cuenca del Segura para los meses de julio a septiembre, de los que 39 se destinarán a abastecimiento y 43 a regadíos.

Una decisión salomónica que no deja totalmente satisfechas a ninguna de las partes directamente implicadas, ya que el Gobierno murciano pedía que se trasvasaran 120 hectómetros para hacer frente con unas mínimas garantías a la escasez de agua en la región, mientras que el Ejecutivo castellano manchego aseguraba que no sería aceptable «dar más de 35 hectómetros».

Así lo anunció la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, en la conferencia de prensa posterior al Consejo de Ministros, que ayer se celebró en Mérida.

Pidió «a todas las fuerzas políticas en Castilla-La Mancha, Murcia, Comunidad Valenciana y Almería la máxima responsabilidad ante la delicada situación provocada por la drástica reducción de las lluvias en la cabecera del Tajo, al inicio, muy probablemente, de este período de sequía».

La decisión adoptada por el Consejo de Ministros corresponde habitualmente a la Comisión de Explotación del Trasvase Tajo-Segura, aunque en esta ocasión ha pasado a ser competencia directa del Ejecutivo ante la situación excepcional de escasez de agua.