Dos ciudadanos monegascos leen los periódicos en los que se informa de la muerte de Rainiero III.

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EFE-MÓNACO
El príncipe Ernesto de Hannover, marido de la princesa Carolina de Mónaco, fue hospitalizado el pasado lunes en el hospital Princesa Grace del principado por un problema de páncreas, según informaron ayer fuentes próximas al Palacio.

Mónaco vivió ayer su segundo día de luto por la muerte de su soberano, Rainiero III, cuya vida se apagó ayer tras una agonía de dos largas semanas, a los 81 años de edad. El luto para la familia ha sido fijado en tres meses y en un mes para los funcionarios de Mónaco, cuyos habitantes podrán dar el último adiós a Rainiero en la capilla ardiente a su «padre» y «patrón» a partir del próximo domingo. Los funerales están previstos el próximo día 15.

Ernesto de Hannover, de 51 años, ingresó en el centro hospitalario por una «afección del páncreas», según las fuentes, que precisaron que su estado no es considerado grave, pero que ha sido sometido a una serie de exámenes médicos. Por el contrario, otras fuentes indican que su estado es muy grave.

Se desconoce si el príncipe de Hannover, que se casó con Carolina de Mónaco el 23 de enero de 1999, está aún ingresado o si ya ha sido dado de alta de la clínica. De la unión de Ernesto de Hannover y de Carolina Grimaldi, nació el 20 de julio de 1999 año Alejandra, la cuarta de los hijos de Carolina, que tuvo otra hija y dos hijos en su anterior matrimonio.

Pero la ciudad sigue padeciendo el luto. La bandera roja y blanca del principado de Mónaco ondeaba ayer a media asta con cintas negras en todo al diminuto y rico estado mediterráneo, que amaneció en duelo luego de la muerte tras 56 años de reinado, de su Príncipe Rainiero III, un verdadero para todos los monegascos.

En Palacio se han recibido miles y miles de correos electrónicos que son «testimonios de afecto a veces muy ingenuos, pero conmovedores que respondemos a todos en cuatro lenguas», dijo un funcionario que pidió el anonimato.

En la plaza del Palacio se instalan jardineros con begonias de color rojo y blanco, que son las de la bandera del principado. Pero en medio del duelo, la poderosa Sociedad de Baños Marítimos (SBM) decidió reabrir después de un día de cierre los casinos Le Sun, Grand Hotel y Cafe de París, cuya actividad constrasta con el duelo generalizado. Mientras la población local y el mundo se preparaban para la nueva era que vivirá el principado al acceder al mando el controvertido príncipe Alberto II.