La bandera de Mónaco ondea a media asta desde el sábado en señal de duelo por la muerte del Papa.

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El príncipe Rainiero de Mónaco, de 81 años, se encuentra en estado «estacionario», aunque su pronóstico vital se mantiene «reservado», según el nuevo parte médico divulgado ayer por su gabinete y que los monegascos esperaban con impaciencia. «Los parámetros biológicos son estables en su conjunto», indica la escueta nota difundida después de un largo fin de semana sin comunicaciones oficiales sobre la evolución del soberano.

«El estado de salud de Su Alteza Serenísima el príncipe Rainiero III continúa estacionario» y «los parámetros biológicos son estables en su conjunto», explica el parte, antes de añadir que «el pronóstico vital se mantiene, sin embargo, reservado».

Rainiero cumplió ayer su decimocuarto día en el servicio de reanimación del Centro Cardio-Torácico de Mónaco tras complicarse la infección pulmonar que obligó a su hospitalización el pasado día 7.

Los doctores habituales de Rainiero, Vincent Dor, Françoise Montiglio y Jean-Joseph Pastor, anuncian, además, que será publicado posteriormente un nuevo boletín. A pesar de la escasa información ofrecida por los médicos, este nuevo parte es menos pesimista que el anterior, que daba al soberano, el pasado viernes, escasas posibilidades de recuperación.

Los facultativos indicaron entonces que «las esperanzas de una salida favorable son extremadamente débiles» debido a su «precario estado», antes de «justificar que se continúe con una terapia activa». Este nuevo compás de espera llega después de que, desde el ingreso de Rainiero en reanimación, donde permanece sometido a respiración asistida, se hayan producido vaivenes similares.

Así, en los últimos catorce días, partes médicos alarmistas han precedido a otros menos comprometidos, para después ofrecer nuevas muestras de pesimismo, lo que ha incrementado la incertidumbre y el temor a un desenlace fatal.