A lo largo de la comparecencia ante los fieles, al Papa se le vio sufrir.

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JUAN LARA-VATICANO
La imagen mostrada por Juan Pablo II, cansado, sufriendo e imposibilitado para hablar, ha vuelto a desatar el ansia y la angustia, y el ambiente festivo de este Domingo de Resurrección ha dado paso de nuevo a la preocupación por la salud del anciano Pontífice.

Según médicos que le vieron cuando se asomó a la ventana de su habitación que da a la plaza de San Pedro para bendecir a los fieles, los problemas que presenta evidencian la evolución del parkinson que padece, que le está creando complicaciones a la voz y le mantiene cada vez más rígidos los músculos. Juan Pablo II, que en mayo cumplirá 85 años, hizo un esfuerzo sobrehumano para poder, sin conseguirlo, hablar a la hora de impartir la bendición 'urbi et orbi'. Gesticuló con fuerza, pero sólo logró emitir un susurro, ronco.

Se le vio sufrir y, según observadores, ese sufrimiento fue incluso más psíquico que físico, originado por verse obligado al silencio. Muchos fieles, de los más de 70.000 que acudieron a la plaza de San Pedro, rompieron a llorar al ver su fragilidad y las preguntas que vuelven a hacerse es si ha empeorado su estado, si la evolución positiva de la convalecencia es cuestión de tiempo y cuánto, y cuándo volverá a hablar.

Se espera que en los próximos días -una vez concluida la Semana Santa- y pasado el mal trago por no poder oficiar los ritos, que le ha costado, y mucho, según el diario vaticano «L'Osservatore Romanocomience», se empezaría a notar la mejoría en todos sus aspectos.

La bendición 'urbi et orbi' impartida en silencio puso fin a una Semana Santa que para el Papa ha sido de pasión, de calvario, en la que se vio obligado a renunciar a presidir todos los ritos y en la que vio que no logra hablar. Convaleciente de la traqueotomía que le fue practicada el 24 de febrero, la evolución no ha sido tan satisfactoria como se esperaba, sobre todo después de que el 13 de marzo pocas horas antes de que se le diera el alta sorprendiera al mundo hablando, con voz ronca pero clara.