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EFE/MIAMI
La batalla legal por la vida o muerte de una estadounidense que ha pasado 15 años en estado vegetativo continuará a la luz de los esfuerzos de varios legisladores republicanos por prolongar su existencia. En cumplimiento de una decisión judicial, Terri Schiavo, de 41 años, fue desconectada el viernes de la sonda con la que recibía alimentación, y de mantenerse sus actuales condiciones, morirá de inanición en un plazo de entre diez días y dos semanas.

El presidente de EE UU, George W. Bush, no ha dejado dudas de su posición del lado de los grupos conservadores y religiosos contrarios a la eutanasia, y declaró que «los que viven a merced de otros merecen nuestra especial preocupación». Tom DeLay, líder republicano, señaló que la desconexión era una «barbaridad» que el Congreso debía impedir. «Terri está tan viva como cualquiera de nosotros. Y, en consecuencia, tenemos la obligación moral de protegerla y defenderla», agregó.

Sin embargo, el Congreso, de mayoría republicana, planea seguir el próximo lunes con la discusión de proyectos de ley especiales relacionados con el caso. De esta forma se lleva al legislativo un proceso que ha sido el campo de una batalla judicial de más de siete años entre el esposo de Terri, Michael Schiavo, quien argumenta que ella no desea vivir artificialmente, y sus padres, que la quieren mantener con vida.