A Shabina Begum, de 16 años, se le negó el derecho a la educación y a manifestar sus creencias religiosas.

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Un tribunal de Apelación consideró ayer ilegal que una alumna fuera excluida de su colegio por llevar un vestido islámico, en un fallo que puede tener consecuencias para las escuelas multiétnicas del Reino Unido. A Shabina Begum, de 16 años, se le negó el derecho a la educación y a manifestar sus creencias religiosas, dijo ayer el juez Henry Brooke, del Tribunal de Apelación, al dar a conocer el dictamen.

El magistrado dictaminó que el colegio la excluyó ilegalmente pues negó su derecho a manifestar su religión y el del acceso a una educación apropiada. Begum estuvo representada por la abogada Cherie Booth, especializada en casos de derechos humanos y esposa del primer ministro británico, Tony Blair.

En septiembre de 2002, la escuela pública Denbigh High School, de Luton (norte de Londres), le negó el acceso a clase por querer llevar el vestido islámico «jilbab», que cubre todo el cuerpo con excepción del rostro y las manos. Brooke pidió ayer al Ministerio de Educación que facilite más directrices a las escuelas sobre cómo deben cumplir con sus obligaciones de acuerdo con la legislación sobre derechos humanos.

En una reciente audiencia del caso Cherie Booth dijo que este caso afectaba a «asuntos fundamentales» sobre la naturaleza e interpretación de los derechos de la joven sobre educación y libertad religiosa. La escolar llevó desde los 12 años el tradicional «shalwar kameez» (pantalones y túnica), pero en septiembre de 2002 informó a su colegio que lo cambiaría por el «jilbab», algo que no fue aceptado por el asistente del director, Stuart Moore.

Entonces, las dirección del colegio, en el que el 79 por ciento de los alumnos es musulmán, consideraron la petición como inaceptable y le pidieron que cumpliera con la política escolar, que sí permite el uso del «shalwar kaanez». Después de que la joven fuera obligada a regresar a casa, la adolescente, cuyos padres han fallecido, inició una batalla legal para que se le reconocieran sus derechos. Así, el pasado junio, un tribunal británico denegó la petición de la joven para que se considerase el caso, pero Begum decidió continuar su batalla ante una corte superior. Al conocer el fallo, Begum dijo que la decisión es «una victoria para todos los musulmanes que quieren preservar su identidad».