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AGENCIAS-ROMA/MADRID
Además, en una entrevista en el programa religioso 'Mosaico', que ayer recogía el diario católico «Avvenire», puntualizó que el mensaje del Papa criticando el laicismo del Gobierno español no fue «severo» sino que se trató de un llamamiento «expresado con fuerza» y que se refería a toda Europa.

En cuanto a los desencuentros entre el Ejecutivo español y la Iglesia, Rouco Varela explicó que la institución está tranquila porque «el Gobierno ha garantizado que se respetarán los acuerdos existentes».

En todo caso, precisó que la gran discusión actual se refiere a «cuestiones culturales, como la enseñanza de la religión, que cuando parecía que estaba resuelta se ha suspendido la ley». «Ahora existe un problema técnico, pero por lo demás no existen contenciosos abiertos», añadió el presidente de la Conferencia Episcopal. Rouco añadió, en cualquier caso, que advierte un «despertar de la conciencia de los católicos» en la sociedad.

Homosexuales
Respecto a los matrimonios entre homosexuales, señaló que «es un problema que va más allá de las relaciones institucionales Gobierno-Iglesia». Para el arzobispo, el matrimonio entre homosexuales «es una problemática que se vive en toda Europa» y es necesario discutirlo desde «el punto de vista antropológico».

El Vaticano desea que las relaciones con el Gobierno español sean fructífera, pero mantiene, con firmeza, que el discurso del Papa a los obispos españoles se corresponde con la realidad y ha invitado al Ejecutivo de Rodríguez Zapatero que lo relea «todo» minuciosamente.

Así se desprende de las declaraciones hechas también ayer por el portavoz vaticano, Joaquín Navarro Valls, después de que el nuncio (embajador de la Santa Sede) en España, Antonio Monteiro, fuera llamado a consultas al Ministerio de Exteriores, donde se le expresó «la extrañeza» que han causado en el Ejecutivo las palabras del Pontífice.

El Papa Wojtyla denunció ante los prelados que en España se está difundiendo un laicismo y un indiferentismo religioso que está promoviendo un desprecio por la religión y que está llevando a la restricción de la libertad religiosa.

Tras «tomar nota» del comunicado del Gobierno español, Navarro dijo que por parte del Vaticano «remitimos a una minuciosa lectura de todo el discurso pontificio, que ilustra la posición de la Iglesia».

Con esas palabras, el Vaticano se reafirma en lo dicho por el Papa, cuyo discurso, según subrayaron altas fuentes de la Santa Sede, iba dirigido a los prelados y en ningún momento se nombró al Gobierno. Sólo se mencionó a los «poderes públicos» cuando Juan Pablo II recordó que tienen el deber de garantizar el derecho de los padres a la enseñanza religiosa en la escuela.

La reunión con el Nuncio del Vaticano suscitó las críticas del PP. El portavoz del partido en el Congreso, Eduardo Zaplana criticó que «se llame a capítulo» al Nuncio cuando se muestran discrepancias con el Ejecutivo.

Mientras, el secretario de Organización del PSOE a nivel federal, José Blanco, apostó por una «buena relación» con la Iglesia «desde el respeto a la verdad» y advirtió de que el discurso pronunciado el pasado martes por el Papa «no se corresponde para nada con lo que está sucediendo en España».