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El fiscal encargado de la investigación, Javier Carceller, responsabiliza a Maeso de un total de 276 delitos de lesiones supuestamente cometidos entre 1988 y 1998, tres de ellos en concurso ideal con dos delitos de homicidio, ya que dos de los afectados murieron por esta afección.

Debido a esta adicción, explica el fiscal, Maeso se inyectaba anestésico como estupefaciente y después utilizaba el mismo material quirúrgico para anestesiar a los pacientes que iban a ser operados.

La acusación pública ha solicitado 8 años de prisión por cada uno de los 276 delitos de lesiones que le imputa y dos años más por cada uno de los dos delitos de homicidio imprudente, además de una indemnización total que alcanza los 28.885.002 euros.

Según afirma el representante del ministerio público, existía «la sospecha pública generalizada» de que el acusado era «consumidor habitual de sustancias estupefacientes».

Juan Maeso, de 63 años, fue jefe del servicio de anestesiología y reanimación del Hospital de la Fe de Valencia hasta 1998 y actuó además como facultativo anestesista en el centro privado Hospital Casa de la Salud de esta ciudad.

El procesado, afirma el fiscal, «ejerció su actividad pese a existir la sospecha pública generalizada entre el personal sanitario de ser consumidor habitual de sustancias estupefacientes», extremo que «a pesar de ser conocido por diferentes instancias públicas y pudiendo haber sido investigado por la Conselleria, no lo fue, permitiendo que su actuación se prolongara».

Entre otras muchas operaciones quirúrgicas, Maeso actuó como anestesista en las intervenciones de los 276 afectados por el contagio del virus de la hepatitis C, sostiene el fiscal.