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EFE-LONDRES La familia real británica, con la reina Isabel II a la cabeza, dio su último adiós a la princesa Alicia, tía de la soberana, que falleció hace una semana a la edad de 102 años y cuyo funeral tuvo lugar ayer en el castillo de Windsor. El funeral fue una ceremonia íntima oficiada en la capilla de San Jorge en el citado castillo, a las afueras de Londres, a la que acudió la Reina, rigurosamente de luto y acompañada de su esposo, el príncipe Felipe, duque de Edimburgo. También despidieron a la princesa Alicia, que ostentaba el título de duquesa de Gloucester, los hijos de Isabel II: los príncipes Carlos, heredero al trono; Andrés, duque de York; Eduardo, conde Wessex; y la princesa Ana. El hijo de la difunta, el duque de Gloucester, también estuvo presente en un funeral oficiado por el deán de Windsor, David Conner, que en su homilía destacó la «lealtad» de la princesa, su «bondad» y su habilidad para «ver el lado divertido de las cosas».