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EFE-PAMPLONA
La policía había sacado, a lo largo del día de ayer, a 39 personas del local si bien 7 más seguían en su interior atrapadas en bloques de hormigón. Según informó el Ayuntamiento de Pamplona, propietario del inmueble, donde construirá un centro hidrotermal, el desalojo comenzó a las 06:35 horas de ayer, cuando con autorización judicial la Policía Municipal, apoyada por efectivos de las policías Nacional y Foral, inició la entrada por la cubierta del edificio anexo al antiguo Euskal Jai, puesto que la puerta principal y las ventanas se encontraban blindadas con refuerzos metálicos y de hormigón.

Las mismas fuentes, que indicaron que la apertura posterior de esta puerta se hizo con maquinaria de obra pública, explicaron que el mismo blindaje de hormigón se había preparado en los accesos a todas las dependencias y pisos del inmueble, «lo que ha dificultado el desalojo de los ocupantes».

Por otra parte, al término de una concentración, que contó con un millar de participantes en protesta por el desalojo del Euskal Jai, se registraron diversos incidentes en el Casco Viejo de Pamplona entre la Policía Nacional y grupos de jóvenes que lanzaron piedras y diversos objetos, alguno de los cuales llegó a impactar contra los viandantes.

Algunos de ellos «presentaban una gran resistencia utilizando métodos de encadenamiento y ocultamiento para entorpecer más la labor de desalojo, de forma que nueve de ellos tenían uno de sus brazos en un tubo metálico que a su vez se encontraba revestido de un gran dado de hormigón, con la muñeca sujeta con un candado al final del cubo y sin acceso al mismo».

Además, otros cinco jóvenes se encontraban en el interior de habitáculos, uno construido en el sótano de viviendas colindantes ajenas al inmueble, donde estaban encerradas tres personas con uno de sus brazos en el interior de una antigua caldera de calefacción que a su vez había sido rellenada con hormigón.