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EFE - CIUDAD DEL VATICANO
Juan Pablo II celebró ayer su 84 cumpleaños trabajando, como en un día cualquiera. «Para el Pontífice la jornada de hoy (por ayer) es una más de trabajo y sobre todo de agradecimiento a Dios por el don de la vida. No hay previstas celebraciones públicas en el Vaticano y la única particularidad de la jornada es que el Santo Padre ha invitado a comer a sus más estrechos colaboradores de la Curia», manifestó el portavoz vaticano, Joaquín Navarro Valls.

Desde todas las partes del mundo llegaron felicitaciones al Pontífice. Jefes de Estado y de Gobierno, personalidades del mundo eclesiástico, de la política, de la economía y del arte enviaron sus felicitaciones de cumpleaños.

Al Vaticano también llegaron -precisó Navarro- las felicitaciones de miles de personas normales y corrientes de todo el mundo, que han querido testimoniar al Papa su afecto y gratitud.

Juan Pablo II no es dado a celebrar su cumpleaños, ya que siguiendo la tradición de la Iglesia católica lo que festeja es su onomástica, San Carlos Borromeo, el 4 de noviembre. También celebra el 16 de octubre, cuando fue elegido Pontífice.

La única «señal» en el Vaticano de que era un día diferente fue que en todos los edificios ondeó la bandera blanca y amarilla de la Santa Sede. Ayer salió a la luz el último libro escrito por él, «Levantaos! Vamos!», en el que cuenta de manera autobiográfica su experiencia durante los años vividos como obispo de Cracovia.

Se trata de un libro de recuerdos y reflexiones, que comienza cuando el cardenal Stefan Wyszynski, que fuera primado de la Iglesia polaca, le comunicó su nombramiento como prelado.