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La NASA realizará una investigación técnica y el Gobierno investigará factores externos de la tragedia, que costó la vida de los siete astronautas al desintegrarse el transbordador espacial en pleno vuelo, minutos antes de aterrizar en Cabo Cañaveral (Florida). Al tiempo, la Agencia Federal de Gestión de Emergencias recogerá todas las pruebas posibles para saber qué pasó en el transbordador.

La NASA analiza ya las últimas comunicaciones entre la tripulación y el centro de control, los datos registrados por los sensores del transbordador en los momentos anteriores a la tragedia y la información recogida por satélites militares y comerciales. La agencia espacial, que decidió de inmediato suspender las misiones de sus transbordadores, apuntó como primera posible causa de lo ocurrido que las baldosas térmicas del ala izquierda de la nave no soportaron las altas temperaturas al entrar en la atmósfera. El ala izquierda del 'Columbia' resultó dañada en el despegue desde Cabo Cañaveral, el 16 de enero, por un pedazo de aislante que se desprendió de uno de los tanques externos de combustible, pero los daños fueron minimizados por la NASA. «No podemos dar por descontado que haya una conexión», dijo en una primera evaluación el director del programa de transbordadores, Ron Dittemore, quien, no obstante, pidió «no precipitarse al sacar conclusiones porque hay muchas cosas que pueden conducir a engaño

El presidente estadounidense, George W. Bush, autorizó el sábado a esta Agencia a disponer de los fondos federales necesarios y a no escatimar esfuerzos para recopilar datos y pruebas. Las pesquisas del Gobierno las dirigirá Harold Gehman, almirante retirado y experto en cuestiones de seguridad que codirigió la investigación sobre el atentado contra el destructor USS Cole en Yemen, en octubre del 2000, en el que murieron 17 marineros. O'Keefe dijo que Gehman contará en esta «investigación externa» con el apoyo de expertos de la Fuerza Aérea, la Marina, el Departamento de Transporte y la Agencia Federal de Aviación.