Las presuntas clonaciones están financiadas por la secta de los raelianos

TW
0

Un segundo bebé clonado nació «el viernes por la tarde en un país del norte de Europa», anunció ayer, sábado, la directora de la empresa Clonaid, Brigitte Boisselier. Se trataría de una niña, hija de una pareja de lesbianas holandesas, informa la Agencia Belga. La noticia ya fue adelantada a la cadena de televisión flamenca VTM por Boisselier, quien viajó a Bélgica «por placer pero también por negocios» según declaró a la prensa, aunque hasta ayer no informó de que el nacimiento se produjo el viernes. Boisselier, que no precisó el país donde presuntamente nació la niña, no aportó ninguna prueba sobre su información, al igual que ocurrió el pasado 26 de diciembre cuando anunció el nacimiento del primer bebé clonado en Estados Unidos. Sin embargo, en Holanda algunos medios de comunicación especulan sobre la posibilidad de que la segunda bebé hubieses nacido en ese país.

La empresa de clonación humana Clonaid, ubicada en Las Vegas (Estados Unidos), fue fundada por los raelianos, una secta de origen canadiense que considera que los extraterrestres crearon la especie humana por clonación hace 25.000 años. En una entrevista que publica en exclusiva el diario católico de Bruselas «La Libre Belgique», Boisselier reconoce la «polémica» surgida tras el presunto nacimiento del primer niño clonado en Estados Unidos, y considera que «los padres se sentirán menos amenazados si el nuevo bebé nace en Europa».

Estos nacimientos no han podido ser todavía confirmados por ninguna fuente independiente. Según la directora de Clonaid, la niña «se encuentra bien», y pesó al nacer 2,7 kilogramos. «Ha venido al mundo de forma natural y sus padres son dos mamás lesbianas de Holanda», precisó la directora. Preguntada sobre el país del nacimiento de la segunda niña clonada, Boisselier no quiso especificarlo para preservar el anonimato de la pareja. La presidenta de Clonaid anunció ya el pasado 26 de diciembre el nacimiento de un primer bebé clonado de una pareja de estadounidenses, a la que se le puso el nombre de Eva, hecho que continúa suscitando gran escepticismo.