Pilar del Castillo, ministra de Educación, durante una comparecencia en el Senado.

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El Congreso aprobó la Ley de Calidad de la Educación con los votos a favor de Partido Popular y Coalición Canaria. La oposición se lamentó por los nueve meses de debate en los que no ha sido capaz de incluir las modificaciones del texto que consideraban necesarias. La enseñanza concertada y católica mostró ayer su satisfacción por la reforma educativa.

Desde el Ministerio de Educación se resalta la necesidad de ésta, que entrará en vigor a partir de su publicación en el BOE, para combatir el fracaso escolar que se cifra en torno al 25 por ciento. Las principales novedades de la ley son, entre otras, la gratuidad de la educación infantil, la supresión de la promoción automática, la implantación de itinerarios, el establecimiento de una Prueba General de Bachillerato y la creación de Programas de Iniciación Profesional.

En cuanto a los docentes, la LOCE supondrá el establecimiento de una verdadera carrera docente con mayores posibilidades de promoción, dando más importancia a su formación, el refuerzo de las competencias de los directores, la adopción de medidas para mantener la convivencia en las aulas y el refuerzo de la lectura y de las materias instrumentales en todos los niveles educativos.

Tras la aprobación de la ley en el Congreso, la patronal de la enseñanza concertada Educación y Gestión y la agrupación de la confederación católica de padres CONCAPA mostraron su satisfacción, al considerar que introduce «mejoras» en el sistema educativo, sobre todo el fomento de la gratuidad de la educación infantil para la libre elección de centro. Dentro del debate político, los socialistas centraron sus críticas en el enfrentamiento entre la escuela pública y privada además de atacar al Gobierno por «esconder» una memoria económica de la reforma que otorga 91 «ridículos» millones de euros al sistema, en su mayoría para la iniciativa privada.