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Dos miembros de la asociación SOS Papá, protegidos con trajes ignífugos, se quemaron ayer a lo bonzo frente al Congreso de los Diputados para reclamar una reforma de la Ley del divorcio que instaure la custodia compartida de los hijos de la pareja. Esta no es la primera ocasión en que padres separados intentan llevar a cabo esta acción pero, a diferencia de las anteriores, esta vez la policía no intervino para evitarla.

El presidente de la asociación, Alejandro Urcera, una de las dos personas que protagonizó la protesta se quejó ante los periodistas de la injusticia de que a los niños «se les ampute la mitad de su vida y de su familia por decisión judicial». Urcera, rodeado de un grupo de hombres y mujeres de la asociación con pancartas reclamando la custodia compartida de los hijos, pidió que los políticos se conciencien de que los niños, «aunque no pueden votar, están sufriendo» y atribuyó a «una concepción machista de la sociedad» y a «la presión de los grupos feministas» el hecho de que en el 99 por ciento de los casos los jueces concedan la custodia a las madres.

«Lo políticamente correcto es proteger a las mujeres», dijo Urcera, quien anunció el inicio de una campaña en toda España pidiendo el voto en blanco en todas las elecciones para demostrar a los políticos que también hay muchos votos detrás de los padres separados.

Aseguró que son falsas la mayoría de las denuncias por malos tratos que pesan sobre los miembros de este colectivo y cuestionó que la violencia contra las mujeres tenga realmente la magnitud que reflejan los medios de comunicación.