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El Pleno del Congreso aprobó ayer por unanimidad la Proposición de Ley Básica sobre los Derechos de Información concernientes a la Salud y la Autonomía del Paciente, y la documentación clínica, que incluye un proyecto de 'testamento vital' que permite interrumpir tratamientos en pacientes terminales pero prohíbe la práctica de la eutanasia, sea directa o indirecta. El texto será remitido ahora al Senado, donde será debatido antes de proceder a su aprobación definitiva.

En sus diferentes intervenciones, los diputados de todos los grupos parlamentarios destacaron el «avance social» que supone el texto, procedente del Senado, y su carácter «ampliamente consensuado» entre todas las formaciones políticas durante su debate durante los últimos 8 meses en el seno de la Comisión de Sanidad y Consumo.

A juicio del portavoz del Grupo Popular, Mario Mingo, se trata de una ley «intrínsecamente buena», que «viene a dar solución a muchos problemas que se dan en la práctica clínica diaria». En cuanto a la conveniencia, o no, de que la norma tenga consideración de 'ley básica', Mingo consideró que ello responde a un «criterio integrador en todo el territorio español que es, a nuestro juicio, imprescindible».

Por su parte, el diputado socialista Alberto Fidalgo resaltó el «avance social importante» que representa la proposición de ley y consideró que supone «una apuesta por la libertad, la autonomía de la persona y la dignidad» de la misma.