Sede de la empresa Baxter, situada en un polígono industrial de Valencia.

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La secretaria de Políticas Sociales y Migratorias del PSOE, Consuelo Rumí, alertó ayer que el fallecimiento de varias personas tras someterse a hemodiálisis en un centro sanitario de Valencia y otro de Madrid, «pone de manifiesto de manera clarísima que está fallando el sistema de control y alerta sanitaria». Desde el PSOE «queremos denunciar la relajación total en que se halla sumida la Sanidad en España, aunque queremos hacerlo con prudencia porque el valor mas preciado que tiene cualquier persona es la salud».

«El otro día hacíamos la valoración de que el Ministerio de Sanidad había estado cerrado por vacaciones, y estos hechos avalan más esa idea porque a los casos de legionella que han seguido apareciendo y a la multiplicación de las listas de espera, se han unido las muertes por el consumo de cerivastatina y ahora de varios enfermos en tratamiento de hemodiálisis». «Aunque hacemos un llamamiento a la tranquilidad de los pacientes que se tienen que dializar, porque los profesionales que les atienden están cualificados, pretendemos que se haga una investigación rápida sobre las causas de las muertes e insistimos en que es necesario que existan mecanismos que hagan saltar la alerta cuando se detecten posibles fallos».

Para Rumí, la ministra Celia Villalobos «está ausente y no asume la responsabilidad que le corresponde como la máxima autoridad de la Sanidad en España, ya que tenía que haber comparecido públicamente, haber informado de las medidas que está tomando el Ministerio de Sanidad y haber tranquilizado a la opinión pública». Por su parte, el coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, anunció ayer que el grupo Parlamentario al que pertenece pedirá la comparecencia en el Congreso de los Diputados de la ministra de Sanidad y Consumo para que ofrezca explicaciones en relación a lo sucedido con los doce casos de pacientes muertos tras ser sometidos a hemodiálisis y la polémica desatada en torno al medicamento «Lipobay».