Enrique Múgica dijo que estos hechos hacen imposible la integración.

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El Defensor del Pueblo, Enrique Múgica, afirmó ayer que ha tenido ocasión de constatar, mediante una conversación con médicos de un hospital de Madrid, que existe preocupación entre los facultativos ante las peticiones de ablación de clítoris a mujeres, niñas y adolescentes, por parte de padres inmigrantes subsaharianos. Múgica, que impartió una conferencia dentro de las I Jornadas Iberoamericanas de Cooperación, subrayó que la inmigración tiene que tener también otra cara, «la de integración en los valores democráticos de la sociedad, basados en la dignidad humana».

«Cuando hoy hay hospitales en que se presentan inmigrantes para pedir que, según sus costumbres, hagan la ablación de sus mujeres se está creando peligrosas tendencias al comunitarismo, que hacen imposible la integración, y por tanto la dignidad de todos los hombres que emigran y que deben ser iguales y eso es a mí lo que me preocupa». En este sentido, precisó que inmigración tiene que haber la necesaria, pero que hay que tener en cuenta la integración, sobre la base de la igualdad y la dignidad humana y no sobre los valores comunitaristas.

«Es que no puede ser. Ya está bien. Una cosa es tener el buen corazón de decir que vengan tres, cuatro, cinco millones con un control, y otra cosa que vengan todos, con lo cual se crean a lo mejor posturas racistas, grupos comunitaristas "advirtió". A veces, la excesiva buena conciencia conduce a fracasos irreversibles». Múgica abogó por la educación en valores democráticos, de la dignidad humana por encima de todo.

Por otro lado, Múgica explicó, ante la posibilidad de que 70 nigerianos hayan sido repatriados desde Málaga a su país de origen en condiciones inadecuadas, que esto es algo «reprobable y condenable» y que «cualquier traslado de este tipo debe hacerse con todas las garantías de seguridad y de salud para las personas trasladadas». Según dijo, no es partidario de que se expulse a nadie, pero en caso de que sea necesario hay que asegurarse de que se haga con las máximas garantías. Sin embargo, reconoció que la Ley de Extranjería, es una Ley que es constitucional y por tanto debe cumplirse.