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La talla románica de la Virgen de Montserrat era originariamente blanca, se oscureció con el tiempo y fue pintada de negro entre los siglos XVIII y XIX, según un estudio radiológico realizado para conocer diversos detalles de esta talla del siglo XII venerada por multitud de catalanes, informó ayer el rotativo catalán 'El Periódico'.

La talla ha sido analizada por especialistas del Servicio de Restauración de Bienes Muebles de la Dirección General del Patrimonio Cultural de la Generalitat de Cataluña, que ha sometido la famosa escultura a un minucioso examen por encargo de la abadía benedictina.

Las primeras estimaciones de los expertos apuntan a que, tras un progresivo oscurecimiento sobre el que hay varias hipótesis, se decidió, probablemente a principios del XIX, darle una mano de pintura porque los efectos de la erosión dejaban entrever el color primitivo del rostro de la escultura, que no era otro que el de la madera clara, por lo que se acabó pintando de negro para que los fieles continuaran identificándola con la que habitualmente acudían a alabar.