Las niñas siamesas permanecen en situación estable tras la intervención.

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EFE-SINGAPUR Once meses después de nacer en Nepal unidas por el cráneo, las siamesas Ganga y Jamuna quedaron separadas tras una complicada operación quirúrgica que comenzó el viernes y concluyó ayer, el mismo día en que caduca su visado. La intervención se prolongó durante 80 horas -104 si se suman las 24 del trabajo de planificación-, ya que el equipo médico responsable de separar a las pequeñas optó por una operación larga. De esta forma los médicos pudieron ir paso a paso en la separación física de las niñas y aumentar sus posibilidades de supervivencia, aunque eran conscientes de que con el paso de las horas se incrementaba también el riesgo de infección.

«Era algo que no podía hacerse en una hora. Los cerebros estaban unidos en una espiral y el recorrido de los vasos sanguíneos emulaba a las tortuosas carreteras de montaña. Había que identificar cuidadosamente adónde iba destinado el riego que transportaban», declaró ayer a la prensa Keith Goh, uno de los neurocirujanos que dirigió la complicada operación. La docena de especialistas médicos que realizó la intervención se felicitó por su éxito «y por el fantástico espíritu de equipo que reinó». «Dormimos una media de dos horas diarias. Ahora estamos como en un severo 'jet lag'», manifestó una de las anestesistas.

El equipo médico estuvo de acuerdo en que la decisión de operar se tomó «cuando nos dimos cuenta de que contábamos con la capacidad, el talento y los recursos necesarios. Estamos satisfechos de haber probado nuestra habilidad por el bien de las niñas y de su familia», destacó el doctor Tan Ser Kiat. Por su parte, Vivian Balakrishnan, director del Hospital, donde se hizo la operación, dijo haber elegido «el mejor equipo del mundo». «Cuando pasaban las horas y veía a todos animados y entusiastas me convencí de que la decisión había sido la adecuada», afirmó.

Según un portavoz del Hospital General, Ganga y Jamuna Shrestha están en situación estable, pero será necesario observar cuidadosamente su evolución. A última hora del lunes, Goh dejó el quirófano para informar a los padres de que la tensión sanguínea, respiración y pulso de las pequeñas eran estables. Jamuna fue la primera en ser trasladada ayer desde el quirófano a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de Pediatría. Ganga, que debía seguirla minutos después, permaneció más tiempo en el quirófano, ya que los cirujanos precisaron más de injertos de piel para cerrarle el cráneo.