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Joaquín Martínez, padre de José Joaquín, que fue condenado a muerte en EE.UU. culpó ayer al Gobierno español de negarles el auxilio prometido por el entonces ministro, Abel Matutes, y responsabiliza a José María Aznar de que España sea «el país al que menos respetan en Estados Unidos». «No tenemos asistencia fuera de España, ni contamos con presupuesto para luchar por los españoles que están en el corredor de la muerte a pesar de que el propio Gobierno americano reconoce que el 17 por ciento de los presos que están allí son inocentes», dijo Joaquín Martínez que, junto a su esposa Sara, reclama ayuda económica para sufragar los gastos del juicio en el que se revisará el caso de su hijo.

Si no se producen nuevos retrasos, el próximo 2 de abril comenzará la nueva vista cuyas costas judiciales generadas por el equipo de abogados defensores alcanzan los 78 millones de pesetas, pero todavía faltan 35 que el matrimonio trata de recaudar con aportaciones individuales o de instituciones.

El padre del preso español, invitado por la asociación «Mujeres por el Progreso» de Boadilla ha hecho un escalofriante relato sobre las condiciones de vida de los presos de los corredores de la muerte de Estados Unidos, un país donde «en contra de lo que ocurre en España, todo el mundo es culpable hasta que demuestren su inocencia».

Joaquín Martínez ha insistido que su hijo ha rechazado los pactos que le ofrecen los abogados para que se declare culpable a cambio de no volver al corredor de la muerte.