En Gran Bretaña está previsto sacrificar a cerca de 54.000 cabezas de ganado.

TW
0

Sesenta y nueve focos de fiebre aftosa fueron oficialmente confirmados ayer por la noche en el Reino Unido, anunció un portavoz del Ministerio británico de Agricultura. Ese nuevo balance eleva a 17 la cantidad de focos identificados en una jornada, un récord desde que comenzó la epizootía, hace dos semanas. Sesenta y ocho focos fueron identificados en Gran Bretaña y uno en Irlanda del Norte. «Lo que observamos actualmente es una situación en la cual la enfermedad no se propaga por transmisión directa o por el viento. Se sigue transmitiendo por las ovejas, que siguen incubando la enfermedad», dijo uno de los expertos veterinarios del Gobierno, Richard Cawthorne.

La incubación de la fiebre aftosa puede durar de 36 horas a 21 días y unas 54.000 cabezas fueron sacrificadas o están siéndolo en el Reino Unido desde la aparición de la enfermedad. Primero las «vacas locas», luego la fiebre aftosa. Las dos enfermedades surgieron en el Reino Unido y las dos amenazan la economía del resto de los países miembros de la Unión Europea, provocando un debate sobre la conveniencia o no de la agricultura intensiva y la posibilidad de iniciar campañas de vacunación contra esta segunda enfermedad.

«La fiebre aftosa refleja la crisis de un sistema de producción que precisará una profunda reflexión en la política europea sobre la agricultura puesta en práctica por Reino Unido, pero que también adopta la mayoría de los miembros de la UE», aseguró ayer el popular líder de la Confederación Campesina, José Bové. El primer ministro británico, Tony Blair, reconoció el pasado jueves que cuando pase la crisis provocada por la enfermedad, habrá que «escoger el tipo de producción agrícola» que Reino Unido quiere llevar a cabo.