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Los ministros de Agricultura de los Quince fracasaron anoche en sus intentos por alcanzar un acuerdo sobre las medidas necesarias para luchar contra la crisis de las vacas locas.

No se alcanzó la mayoría cualificada en el seno del Consejo de Ministros, debido a las profundas divergencias entre los Estados miembros sobre las medidas susceptibles de acabar con la crisis del sector bovino.

Algunos países como Alemania o Dinamarca rechazaron la idea de un programa de destrucciones suplementarias, que incluiría la supresión de los mecanismos de intervención (obligación de compra cuando las cotizaciones desciendan por debajo de un determinado precio), propuesta por Holanda.

Por el contrario, Francia o España eran partidarios de la eliminación de animales para reducir la oferta de carne bovina. En cuanto a la eventual concesión de ayudas directas nacionales a los ganaderos, la Comisión Europea reiteró que sólo serían autorizadas en caso de circunstancias excepcionales.

Los ministros de Agricultura sí se pusieron de acuerdo e hicieron suyo el dictamen de los científicos comunitarios que no descarta la posibilidad de transmisión de la enfermedad de las vacas locas a los ovinos.