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El Comité Veterinario Permanente de la UE acordó ayer la retirada, a partir del 31 de marzo, del espinazo de los bovinos mayores de un año en el tipo de establecimiento que cada Estado miembro considere más oportuno. Los expertos veterinarios también dieron su visto bueno a la prohibición de los trozos de carne separados mecánicamente de la columna que se utilizan para la elaboración de productos de baja calidad (como hamburguesas).

El Comité aplazó al 20 de febrero su dictamen sobre las medidas de control que deberán aplicarse a las grasas procedentes de desechos que se utilizan en la alimentación del ganado y en determinados productos de consumo humano (algunos helados, pasteles, ciertas margarinas y cosméticos). Los Estados miembros podrán elegir que la retirada del espinazo se lleve a cabo en los mataderos, las carnicerías o las salas de despiece, opción esta última preferida por el Gobierno español.

La entrada en vigor obligatoria de la retirada de la columna vertebral será el 31 de marzo de este año, medida de la que quedarán excluidos cinco países miembros, Suecia, Austria, Finlandia, Reino Unido y Portugal, destacaron fuentes comunitarias. La Comisión anunció que otros países podrían pedir más adelante una derogación a medida que avancen en la aplicación de los test de detección de la enfermedad y los trabajos de control.

La columna tendrá que ser retirada tanto de la cadena alimentaria humana como de la animal, salvo su extremo inferior (rabo), ya que esa parte, utilizada principalmente para condimentar las sopas, no se acompaña de los ganglios dorsales situados cerca de la médula espinal, que es de donde procede el riesgo de contagio. La Comisión Europea proponía que fueran las carnicerías los establecimientos encargados de proceder a la extracción, pero las opiniones de los Estados miembros eran demasiado divergentes, por lo que la decisión deja vía libre a cada país.