Los ganaderos italianos se manifestaron ayer ante el Parlamento en protesta por la crisis de las «vacas locas».

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La Comisión Europea presentará la semana próxima a los Quince una propuesta para extender a determinadas grasas animales utilizadas para consumo humano el mismo tratamiento de precaución contra el mal de las «vacas locas» que el previsto ya para esas mismas grasas cuando se destinan a la alimentación animal. La portavoz del comisario europeo de Protección de los Consumidores, David Byrne, confirmó esa medida en conferencia de prensa. La propuesta de Bruselas será presentada en el Comité Veterinario Permanente de la Unión Europea (UE) que se celebrará la semana próxima, aunque todavía queda pendiente de confirmación el día exacto.

La portavoz aseguró que no se trata de grasas butíricas (presentes en la leche y la mantequilla), sino otras grasas animales, para las que ya hay previstas medidas de prevención cuando se emplean como pienso para el engorde del ganado. Fuentes comunitarias añadieron que se trata de grasas utilizadas también en la elaboración de determinados productos cosméticos, como jabones y cremas, así como en algunos artículos de pastelería, como pequeños pasteles, galletas, margarinas y algunos helados.

En una intervención ante el Parlamento Europeo, Byrne denunció la existencia de esa laguna en las medidas previstas de prevención de la enfermedad. Señaló que «es seguro que el público se mostrará sorprendido si se aplica estándares más elevados a las grasas de rumiantes destinadas a la alimentación del ganado que las empleadas para el consumo humano».

La UE ya ha previsto someter a las grasas para el engorde del ganado a estrictos requisitos de elaboración (calentamiento a 133 grados centígrados, a una presión de 3 bares durante 20 minutos), pero todavía no ha debatido la aplicación de ese mismo tratamiento a las grasas destinadas al consumo humano. Fuentes comunitarias destacaron que, aunque los animales destinados al consumo, ya sea humano o animal, deben ser sometidos primero a un análisis de detección del mal desde el primero de enero de 2001, no se justifica la existencia de un tratamiento diferenciado.