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Tokio-EFE Los países más industrializados del mundo han reconocido en la reunión del G-7, ayer en Fukuoka, al sur de Japón, que las nuevas tecnologías de la información, centradas en Internet, darán origen a nuevas formas de economía que deben ser reguladas cuanto antes. Las autoridades financieras de Estados Unidos, Alemania, Canadá, Italia, Francia, el Reino Unido y Japón, redactaron en un comunicado la posición de sus jefes de Estado y de Gobierno quienes, junto al presidente ruso, se reunirán en Okinawa, al sur de Japón, entre el 21 y el 23 de julio. El documento titulado «El impacto de la revolución de las tecnologías de la información (IT) en la economía y las finanzas», destaca las ventajas de las redes mundiales informáticas y enfatiza la necesidad de supervisarlas, regularlas y gravarlas. Los ministros de finanzas del G-7 afirman que la tecnología de la información será una de las principales fuerzas que impulsará la economía mundial, mejorará la productividad y elevará el nivel de vida. Sin embargo, advierte el documento, con el fin de distribuir en la sociedad los beneficios de esos avances, éstos se deben controlar y enmarcar «dentro de políticas estructurales y macroeconómicas». El G-7 reconoce que la elaboración de una política reguladora para un sector del que aún no se conoce todo su potencial, es «compleja e incierta». La selección de criterios para calificar de forma apropiada normativas que garanticen un crecimiento sostenido sin inflación será complejo, dice el documento, que pide igualdad entre el comercio electrónico y otras formas de intercambio de bienes en el momento de gravar. Los impuestos al comercio electrónico deberán ser «justos y previsibles», dice el comunicado que prevé un clima fiscal que propicie el desarrollo de una nueva forma de comercio que «financie sus servicios de acuerdo a las expectativas del público».