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Los ataques de los piratas informáticos contra ordenadores de usuarios individuales aumentan cada día, mientras en EEUU se han anunciado inversiones multimillonarias para atajar el fenómeno del «ciberterrorismo». Los piratas informáticos se están extendiendo con creciente rapidez gracias al número de ordenadores conectados a Internet y a la popularización de las herramientas que permiten a cualquiera introducirse en computadoras particulares y en redes informáticas. Basta con una sencilla investigación a través de los más populares «buscadores» de Internet para dotarse de las herramientas necesarias para violar la intimidad informática de prácticamente cualquier ordenador conectado a la red. A pesar de la facilidad con la que hasta el más iletrado en los secretos del código binario de 0 y 1 puede irrumpir en los ordenadores mediante estas pequeñas piezas informáticas, los internautas consideran segura la información que se oculta en los más profundos directorios de las computadoras. Una apreciación errónea que queda desarticulada con facilidad en cuanto se araña ligeramente la burbuja informática. Sin embargo, no existe ninguna forma de realizar una estadística fiable sobre el número de ataques informáticos que usuarios individuales y pequeñas empresas sufren en todo el mundo. La pieza fundamental del arsenal de los piratas informáticos es alguno de los numerosos programas de administración remota -o «puertas traseras» en el argot informático- que permitirán al intruso hacerse con el control del ordenador de la víctima, en conjunción con un virus «troyano» que abrirá la puerta trasera del ordenador.