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EUROPA PRESS - BRUSELAS En 1999, la población de la UE creció gracias a la entrada de inmigrantes, mientras que su crecimiento natural registró el nivel más bajo desde la Segunda Guerra Mundial "266.000 personas, 0'7 por mil", según los datos publicados por la Oficina de Estadística de la UE que fija en 376'4 millones el número total de habitantes de la UE.

Las primeras estimaciones de Eurostat para 1999 confirman que las entradas de inmigrantes juegan ya un papel importante en el crecimiento de la población europea. Como ejemplo, explica que, sin ellos, Alemania, Suecia e Italia se verían enfrentadas a un descenso de la población del 0'1 por ciento en 1999 y que en España apenas aumentaría. Es decir, la tasa de crecimiento natural española es cero, pero se sitúa en 0'9 personas por mil habitantes si se añade a los inmigrantes.

El informe de Eurostat destaca la importancia de la entrada de inmigrantes en la evolución de la demografía, pues el año pasado se incorporaron a la UE 717.000 personas (1'9 por mil), lo que explica que el incremento total de la población de los Quince, cercano al millón de personas, sea de una tasa de 2'6 por mil.

El número de nacimientos en la UE alcanzó en 1999 los cuatro millones de bebés, un 0'5% menos que el año anterior, el nivel más bajo desde la Guerra.
La tasa de natalidad más alta de los Quince la alcanzará Irlanda con 14'3 nacidos vivos por cada mil habitantes, seguida de Luxemburgo (13 por mil), Francia y Holanda (12'6 por mil). En la otra cara de la estadística estarán Italia (9'1 por mil), Alemania (9'3 por mil) y España (9'4 por mil), con los niveles más bajos de natalidad en 1999. La baja tasa de natalidad se une al problema que supone la disminución de la mortalidad, lo que ocasiona el envejecimiento de la población europea. El número de ancianos aumenta y el de muertes permanece estable en torno a los 3'7 millones de personas en 1999.

El nivel más alto de mortalidad lo tuvo el año pasado Dinamarca, con 11'1 muertes por cada mil habitantes. En España el índice es el mismo que el de nacimientos (9'4 personas por cada mil).

Ante esta situación, Europa debería seguir el ejemplo de Norteamérica y Australia y fomentar la inmigración a gran escala para resolver el problema de la disminución y el envejecimiento de su población, según un informe de la ONU sobre demografía.