«La asistencia humanitaria es utilizada como un instrumento de
guerra por las partes beligerantes, y lo que es peor, vemos cómo se
desarrolla una militarización de la acción humanitaria por parte de
la comunidad internacional», dijo James Orbinski, el presidente de
Médicos sin Fronteras Ante los Reyes Harald y Sonia de Noruega, y
los 500 invitados especiales que abarrotaban el salón de actos del
Ayuntamiento de Oslo, Orbinski comenzó su discurso con una reseña
sobre la situación en Chechenia.
«El pueblo de Chechenia está sufriendo un indiscriminado
bombardeo por parte del ejército ruso, pero la ayuda humanitaria es
imposible», dijo Orbinski, quien hizo un llamamiento «al presidente
Boris Yeltsin para que detenga el bombardeo sobre los civiles
indefensos» en la república. Orbinski recordó que el objetivo de la
organización es ayudar a la gente en situaciones de crisis, y
afirmó que «la acción humanitaria es más que caridad». «Nuestro
objetivo es hacer posible que los individuos preserven su dignidad
y sus derechos como seres humanos», dijo.
Recordó Orbinski que, desde sus orígenes, MSF se esforzó «por
oponerse a quienes presentaban el silencio como una condición
necesaria para la acción humanitaria».
«No estamos seguros de que las palabras pueden salvar vidas,
pero con seguirdad afirmamos que el silencio sí puede matar», dijo
el presidente de MSF. Recordó que el 90 por ciento de las muertes
por enfermedades contagiosas tienen lugar en los países en vías de
desarrollo, y que la gente muere «porque carece de dinero para
adquirir medicinas».
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