Matilde Fernández maneja la hipótesis de que la reforma esté aprobada en diciembre.

TW
0

Hay grandes posibilidades de que la actual Ley de Extranjería, vigente desde el año 1985, se reforme antes de que termine la presente legislatura, después de que todos los grupos parlamentarios en el Congreso votaran a favor del trámite de urgencia. El poco tiempo que resta antes de la disolución del Parlamento es el principal temor de las organizaciones sociales y políticas que apuestan por dicha reforma. Los resultados de la votación no estaban claros unas horas antes de que los diputados emitieran su dictamen. De hecho CiU, receloso ante posibles divergencias en el seno del PP, decidió confirmar su voto a favor del trámite de urgencia propuesto por PSOE, Mixto e IU.

La oposición destacó el hecho de que el Grupo Popular decidiera, «a última hora», unirse a los demás grupos para que esta reforma se tramite con carácter de urgencia. En relación a esta decisión, el ponente y diputado del PP Diego Jordano explicó que su grupo había decidido «no marcar diferencias y buscar los criterios de unanimidad» mantenidos en torno a esta reforma. Esta vía urgente supone que tras el debate en el Congreso, el Senado deberá remitirla de nuevo al Congreso en 20 días para que se revisen las enmiendas que se hayan presentado en la Cámara Alta. Según manifestó el diputado de CiU Carles Campuzano, «era un riesgo esperar que en el trámite ordinario ningún grupo presentara enmiendas en el Senado».

Las divisiones populares se centran en planteamientos enfrentados entre los ministerios de Exteriores, Economía, Trabajo y Asuntos Sociales e Interior, según explicó el portavoz de CiU, Josep López de Lerma. En su opinión, «esta circunstancia es absolutamente sorprendente y entra en contradicción con la firma del PP del texto de la ponencia». A pesar de las sospechas sobre la postura del partido del Gobierno, el procedimiento de urgencia fue admitido por unanimidad.

La reforma de la Ley de Extranjería contempla la extensión de los derechos fundamentales a todos los inmigrantes, estén en una situación regular o no; que los inmigrantes regulares tengan los mismos derechos que concede el Estatuto de los Trabajadores a los españoles y la desvinculación del permiso de residencia del permiso de trabajo.