Isabel Tocino destacó que si no llueve la situación será preocupante.

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El subsecretario del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), Manuel Lamela, afirmó ayer que la situación de la agricultura y la ganadería en España como consecuencia de la sequía es «muy grave» y que las últimas lluvias torrenciales acentúan los daños en el sector al arrasar cultivos.

Lamela dijo que para este otoño se necesitarán lluvias persistentes y estables para que cultivos, como los leñosos, puedan lograr niveles de producción razonables y reconoció que las últimas lluvias torrenciales, «lejos de ser positivas, han agravado los daños, arrasando cosechas enteras».

El año hidrometeorológico que se cerró el 30 de agosto fue el más seco de los últimos diez años y el cuarto más seco desde hace 52 años. Según los datos ofrecidos por la ministra de Medio Ambiente, Isabel Tocino, la media pluviométrica del citado periodo fue de 510 litros por metro cuadrado, frente a los 670 litros por metro cuadrado que se venía registrando de media en los últimos años.

La ministra destacó que a pesar de que hay poblaciones que han vuelto a las restricciones y que los cultivos de secano están sufriendo la peor sequía que se recuerda desde hace muchos años, «es prematuro disparar la alarma», si bien la situación podría llegar a ser preocupante si persiste la falta de lluvias.

Tocino apuntó que mientras el «grave error» del Gobierno anterior fue el «no detectar la sequía a tiempo», el actual Ejecutivo se ha dotado de los indicadores necesarios como para darse cuenta, «en noviembre de 1998», de que el año que comenzaba podía tener problemas de este tipo.

Desde el PSOE, el secretario general del partido reclamó al Gobierno «medidas urgentes» para paliar las consecuencias de la sequía y anunció que este tema será una de las prioridades de su grupo parlamentario para el nuevo curso político.

Almunia señaló que en sus tres años y medio de mandato, el Gobierno del PP no ha sido capaz de presentar un Plan Hidrológico. Además, según el candidato socialista a la Moncloa, el Ejecutivo ha recortado las inversiones en obras hidráulicas.