Piqué descarta por el momento recortes significativos en el regadío.

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La falta de lluvias que padecen numerosas zonas de nuestro país desde hace varios meses está dando lugar a una sequía agraria con importantes pérdidas agrícolas, que han generado ya serios impactos económicos.

Si no llueve «razonablemente» durante el próximo año hidrológico (del 1 de octubre al 30 de septiembre) se llegará a una «situación grave» de sequía, según concluye un informe que fue presentado hoy por la ministra de Medio Ambiente, Isabel Tocino, en el Consejo de Ministros. Tras señalar que la situación actual es «preocupante», el informe asegura que «no existe motivo para la alarma generalizada» hasta no conocer el desarrollo del próximo año hidrológico.

A pesar de esta situación, el portavoz del Gobierno, Josep Piqué, aseguró que no está previsto efectuar recortes significativos en el suministro de agua para los cultivos de regadío, debido a la política de prevención que ha desarrollado el Gobierno en esta materia y a las importantes reservas embalsadas con las que se cuenta actualmente.

El informe del Ministerio de Medio Ambiente sobre la sequía, en el que se destaca que el año hidrometeorológico que va desde el 1 de septiembre de 1998 hasta el 31 de agosto de 1999 ha sido el más seco de la última década y uno de los cuatro más secos desde 1947. El portavoz del Gobierno indicó que las previsiones para el próximo otoño son de normalidad.

Según el informe de Medio Ambiente, después del periodo húmedo vivido entre 1996 y 1998, España registra desde el pasado verano un importante déficit pluviométrico, con precipitaciones en otoño e invierno que fueron notoriamente inferiores a las usuales en esas épocas del año, siendo entre octubre y marzo un 60 por ciento inferior respecto a periodos anteriores. El texto señala que la citada escasez de lluvias detectada a partir de noviembre de 1998 llevó al Ministerio de Medio Ambiente a realizar una gestión prudente del agua durante el presente año hidrológico, para preservar de cara al futuro los recursos de los embalses y acuíferos en la medida de lo posible, por si la escasez de lluvias se prolongase.