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REUTERS El Papa Juan Pablo II cumplió el martes 79 años con la mirada puesta en el 2000 y la ilusión de encabezar a la Iglesia Católica, de mil millones de miembros, en su entrada al nuevo milenio. Los pontífices no suelen celebrar sus cumpleaños sino más bien el día de su santo, que en el caso de Karol Wojtyla es el 4 de noviembre, día de San Carlos Borromeo. Así, la mañana del martes fue de rutina para el Papa, quien recibió en una audiencia privada al canciller alemán, Gerhard Schroeder, antes de sentarse a almorzar con algunos de sus colaboradores más cercanos. Ahora que sus problemas de salud parecen estar bajo control, Juan Pablo II puede mirar en perspectiva sus 21 años de papado, que han coincidido con algunos de los cambios más tumultuosos en el siglo. El primer ministro italiano, Massimo D\140Alema, ex comunista y ateo declarado, envió un mensaje de felicitación al Papa elogiando su defensa de «los oprimidos, los débiles». Otro ex comunista, el líder parlamentario Luciano Violante, hizo un reconocimiento al Papa por «su incansable trabajo por la paz y la armonía entre los pueblos». El Papa estará escuchando más elogios de ex comunistas el mes próximo, cuando regrese a su patria para un emotivo recorrido de 13 días por el país que lo formó y al que ayudó a transformar. Durante la época del comunismo, el Papa respaldó abiertamente al sindicato Solidaridad, uno de los detonantes de la reacción en cadena que llevó a la caída del bloque del este en 1989. Debido a su avanzada edad y las preocupaciones por su salud, sus ayudantes dicen que el Papa regresa siempre a Polonia consciente de que podría ser su última visita. Pero afirman que a pesar de su edad y su fragilidad, Juan Pablo II sigue mirando hacia adelante, más allá del umbral del nuevo milenio que ahora está a sólo 226 días de distancia.